RICARDO DE ALVARO

Nec videamus labra Dianae. Ya viene tu figura en mis palabras, ya eres tú, presente en mis palabras, oh diosa nocturna, oscura, invisible, intangible a los hombres. Y sin embargo ya estás aquí, cazadora de sueños, intacta, corpórea, y pronto te sumergirás en el cristal del agua, viva en mi palabra, desnuda, seductora, palpitante en la sensual realidad  de tu hermoso cuerpo formado de palabras. Y entonces te veré, te miraré por fin de espaldas, entera y divinal a través de mis palabras: tu nuca bajo los cabellos recogidos, tu largo cuello, tus hombros, tu pecho entrevisto ya bajo la axila, los punzantes pezones imaginados por mis palabras, la ligereza de tu cintura, la admirable morbidez de tus escuetas nalgas, tus piernas larguísimas. Y son mis palabras quienes esbozan tu figura, quienes ya casi acarician tu húmeda virginidad. Vuélvete, oh, mi diosa, oh Diana mía, muéstrate entera, así, de frente, como ahora, sombría, funesta. Cázame. Y no me importará ser devorado por tus canes una vez admire los labios de tu gruta.

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Actaeon. Francisco de Cenzano.

About Diana´s bath by Klossowski.